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Las mejores obras de Frida Kahlo

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Frida Kahlo

Te invitamos a hacer un repaso por las mejores obras de la pintora mexicana Frida Kahlo. Una obra repleta de sentimientos y en la que sus autrorretratos transmitían dolor y desesperanza

Frida Kahlo, una de las artistas mexicanas más importantes en el mundo del arte del pasado siglo. Su vida fue la gran fuente de inspiración para sus cuadros, en los que reflejaba sus pasiones y sufrimientos. Las mejores obras pictóricas de Frida Kahlo narran su biografía entre el amor y el terrible dolor causado por un accidente que marcó su obra para siempre.

Las mejores obras de Frida Kahlo

Los cuadros de esta artista mexicana se engloban dentro del surrealismo ya que muchos de ellos parecen formar parte del mundo de los sueños, pero sobre todo son una representación del interior de la pintora. Ella por su parte, no se consideraba surrealista ya que indicaba que lo que ella hacía era mostrar sus propias emociones y su vida. Sus obras más conocidas son los autorretratos en los que enseña distintas etapas de su vida.

Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos (1932)

En el año 1930 Frida Kahlo y Diego Rivera deciden irse a Estados Unidos con el objetivo de que Rivera pudiese realizar una serie de encargos en el país vecino. La estancia en Estados Unidos no le sienta bien a Frida, que ansía volver a México. Durante el tiempo en el que se encuentra viviendo allí, Frida Kahlo decide pintar este autorretrato en el que muestra su estado de ánimo representado por ella misma en la frontera entre los dos países, sus pies se encuentran a ambos lados de la frontera y se muestran los contrastes entre una tierra y otra. Estados Unidos muy industrializada y México repleto de ruinas antiguas y objetos que le recuerdan a su vida allí.

La columna rota (1944)

Frida Kahlo padeció terribles dolores debido a un accidente. En este cuadro, quiere mostrar el dolor que siente, tanto físico como psicológico con una columna de mármol resquebrajada que recorre su cuerpo y que se muestra visible, aunque en su interior.

A los 17 años, la pintora sufrió un accidente de autobús que marcaría su vida para siempre. A pesar de que sobrevivió a una colisión que podía haberla matado, las secuelas que le quedaron fueron tremendas. Tuvo que usar un corsé para mantener su espalda, se enfrentó a 32 operaciones, no podía tener hijos y tenía unos terribles dolores. En el cuadro muestra todos estos símbolos de sufrimiento que padeció durante su vida.

Sin esperanza (1945)

En el año 1945 la salud de Frida se vio muy resentida y tuvo que pasar largas temporadas de reposo absoluto en la cama con tremendos dolores. Además, a todo ello había que sumar que experimentó una pérdida de apetito crónica. En este cuadro ambas realidades se representan mediante símbolos como puede ser el de la artista siendo alimentada por un embudo de gran tamaño del que salen multitud de formas y objetos siniestros. Su cama, se encuentra situada en medio de un desierto en el que no se muestra ninguna esperanza o razón para vivir.

Las dos Fridas (1939)

Se trata de un autorretrato doble en el que ambas Fridas se encuentran sentadas en un banco. Las dos están ataviadas con trajes típicos mexicanos, pero en distintos colores: uno de ellos en azul y el otro en blanco. Ambas se dan la mano y la Frida que viste de blanco muestra unas tijeras ensangrentadas. Las dos Fridas muestran su corazón que está unido por una sola vena, la de blanco, por su parte, lo tiene roto.

Con él quería mostrar al mundo dos sentimientos presentes en ella y a la vez contradictorios. En este autorretrato doble fue pintado tras la separación de su marido Diego Rivera y en él se muestran los sentimientos que estaba experimentando la artista durante esta etapa.

Autorretrato con collar de espinas (1940)

En este caso Frida Kahlo se pinta con la corona de espinas de Cristo a modo de collar alrededor de su cuello. Con ello se quiere presentar como una mártir cristiana. El collar es la representación de la ruptura de su relación con Diego Rivera y el dolor que le produce.

Diego y yo (1949)

Aunque se divorciaron años antes, este cuadro de 1949 reflejaba la relación que ambos mantenían. Una relación difícil y tormentosa en la que las decepciones eran una constante entre ambos. En este autorretrato la cara de Diego Rivera aparece en la frente de Frida como si de un tercer ojo se tratase, además, es uno de los pocos autorretratos en los que Frida Kahlo se representa con el pelo suelto.

Estas son solo algunas de sus mejores obras. En los principales museos de todo el mundo podrás encontrar alguno de sus cuadros y ser partícipe del debate entre el surrealismo y la realidad de la artista. ¿Sueño o realidad? Y en ese caso, ¿la tristeza era su inspiración?

Nos vayamos con una rama u otra, lo cierto es que al final los sueños, sueños son y la interpretación por tanto de su obra puede ser completamente libre y encontrar atisbos de dualidad e incluso positividad.

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