Ya ha pasado una larga temporada desde aquel mes de marzo de 2020 en que el empezó el primer confinamiento vivido por todos nosotros. Era la primera vez de muchas cosas, entre ellas, la de tomarse la vida con más calma, la de tener mucho tiempo de sobra en casa y la de tener que buscar nuevas pasiones que nos mantuvieran entretenidos. Fue entonces cuando surgió la corriente que aun hoy continúa, e incluso con mayor fuerza, del slow living o el arte de disfrutar de una vida más sencilla con pequeños hábitos.
Para medir el impacto de esta tendencia en el público, ¿qué mejor que conocer el número de vídeos con la palabra “slow living” que se han buscado en Youtube? Los equipos investigadores de tendencias de Google y de YouTube señalan que el slow living está ganando adeptos. En el 2020, las visualizaciones de vídeos que incluyeron la frase "slow living" en el título se multiplicaron por cuatro si lo comparamos con el año inmediatamente anterior.
Los datos indican que muchos de nosotros nos hemos animado con nuevas aficiones o hemos dedicado tiempo a descubrir e indagar temas que antes creíamos que nos iban a llevar mucho tiempo, un tiempo del que antes no disponíamos.
Think with Google
Fuente: datos globales de YouTube, de enero a diciembre del 2020
La satisfacción de descubrir el significado de las pequeñas cosas de la vida
Los vídeos que reclama el público aficionado a esta tendencia son vídeos largos y pausados, lo que les otorga un punto meditativo e invita a un ritmo calmado. Tanto los creadores de estos vídeos, como el público que los consume, buscan experimentar la satisfacción de descubrir el significado de las pequeñas cosas de la vida. Todo se hace con atención e intención.
Por eso, los contenidos tienen que ver con actividades y aficiones para las que se necesita tiempo y dedicación. Podemos encontrar temáticas como restauración o reutilización de muebles, cocina o jardinería.
La satisfacción de hacer pan
Hacer pan sigue siendo una actividad popular. Es de destacar que, durante los meses de confinamiento, la harina y la levadura se convirtieron en objetos que todos buscaban, necesitaban y, en consecuencia, escaseaban en los supermercados.
La elaboración de pan se convirtió en una actividad estrechamente relacionada con el slow living. Con razón se dice que, “para hacer un buen pan, necesitas harina, agua, levadura... y una silla”.
La satisfacción de revivir un tiempo pasado
La corriente slow living y esta tipología de vídeo nos lleva a la necesidad de frenar para evadirnos y conectar con otros estilos de vida. No necesariamente se trata de ver un tutorial para luego hacer lo que hemos aprendido. De hecho, no todos tenemos jardín en casa que cuidar o esencia de vainilla natural bourbon de Madagascar, pero ver contenidos relacionados con estos temas nos permite transportarnos a un mundo distinto y sentirnos mejor ya que nos aporta una sensación de control en un entorno tan cambiante y de tanta incertidumbre como el actual.
Estos intereses y aficiones parecen pertenecer a un estilo de vida del pasado, que parece recordarnos que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. ¿No te parece curioso que esa nostalgia por la época analógica se esté viviendo a través de la cultura digital?
Volver a [BLOG] THE SMART GENERATION