Ya seas de los que estos días de Semana Santa se van de vacaciones o de los que se quedan en casa a recargar pilas, seguro que te interesa conocer posibles actividades de ocio que hacer en familia. Por eso, te proponemos unos experimentos caseros y divertidos con los que entreteneros todos juntos. Los mayores seguro que pasáis un rato agradable compartiendo el tiempo y la experiencia con los más pequeños y ellos descubrirán muchas curiosidades científicas que luego podrán compartir con sus compañeros.
Coge papel y lápiz y apunta. Todos estos experimentos son muy sencillos y requieren de artículos que la gran mayoría podemos tener en casa; pero siempre puede ocurrir que necesites comprar alguna cosilla. De todas formas, son muy simples y no te llevarán mucho esfuerzo ni inversión, tan solo un poco de paciencia. Si al final vais a requerir la ayuda de los niños de casa, nuestra sugerencia es que lo hagan siempre bajo la supervisión de un adulto. ¡Allá vamos!
Un limón convertido en pila
Para poder llevar a cabo este primer experimento vas a necesitar un limón, un tornillo y una moneda de cobre. Lo primero, hacer dos cortes a la pieza de fruta de modo que en uno de ellos introduzcas el tornillo y en el otro, la moneda de cobre. A continuación, si conectas cables pelados enlazados a un objeto electrónico, veremos que este se enciende. ¿Por qué ocurre algo así? Es ciencia, el tornillo cede electrones a la moneda de cobre, lo que genera una pequeña corriente eléctrica.
Pasta que brilla en la oscuridad
Haz acopio de harina fina de maíz y tónica, nada más. Echa en un recipiente la harina y añade la tónica. Remuévelo hasta obtener un formato pastoso y ten en cuenta que para conseguir hacer una bola con la pasta, tendrás que aplicar presión sin cesar para que no se nos deshaga. Ahora es momento de comprobar la fluorescencia de la mezcla, ¡apaga las luces! Para potenciar aún más el efecto, puedes utilizar también una bombilla de luz negra.
Lata saltarina
¿Habías visto alguna vez a una lata de refresco dar saltitos ella sola? Ahora es el momento de comprobarlo. Tan solo tienes que conseguir hacerte con una lata, un mechero y agua. Vacía la lata y quítale la chapa de apertura. Coloca a continuación la lata boca abajo en una mesa y moja la parte de la lata que está en contacto con la mesa para que el aire no se escape y se quede pegada bien adherida. Para terminar, acerca un mechero a un lado de la lata y observa cómo se intenta alejar del fuego con pequeños saltos.
Huevos irrompibles
Este experimento promete muchas risas, sobre todo entre los más pequeños. Necesitas un huevo y vinagre. Tendrás que empezar con los preparativos dos días antes y asegurarte de que dejas el huevo completamente sumergido en vinagre durante 48 horas. Una vez haya pasado este tiempo, el huevo habrá cambiado su composición y ahora botará como una auténtica pelota saltarina sin romperse.
Barco impulsado por jabón
Seguro que no lo sabías, pero el jabón esconde la propiedad de impulsar otros objetos, por lo que podría hacer navegar a una pequeña embarcación casera. Coge algo que pueda ser impulsado y que haga las veces de barco: media botella de plástico o un trozo de aluminio o de madera al que pueda dar forma. Ponlo sobre una superficie de agua, cuanto más grande, mejor, y hazle un corto en la parte trasera. En ese corte, añade un trozo de jabón o detergente duro y verás cómo el pequeño barco sale disparado.
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